Alma y Cuerpo

Alma y cuerpo.

Y disfrazo la vida con sentimientos.

De amor o de venganza,

De alegrías o de tormentos.

Lo he resuelto…

No tengo tiempo para hipocresías,

ni para alimentar lamentos,

ni para construir caricias.

He apartado mi ser del mundo

enlazado solo por un verso.

He sido siempre un vagabundo

mendigando un simple beso.

Alma y cuerpo.

Inexistentes a simple vista.

Extraviado entre existencia y tiempo,

en el punto exacto de una artista.

La pena y la cobardía

de un hombre bohemio

viviendo la infame letanía

de no estar ni aquí ni allá.

Viviendo el inestable presente,

soñando con el fantasma del futuro.

Llora el cielo

“Bajo un baño de lágrimas cristalinas Respiro el dolor ajeno, la culpa tan mía Como de nadie, el deseo de amar y las ganas De olvidarlo todo”


Hoy la noche parece llorar

Como baño de cristal golpeando el suelo

Será cómplice de algún amor prohibido

O compañera de algún llanto sin consuelo.

Parece llanto angelical por los amantes

Aquellos que soñaron bajo las estrellas

que se amaron bajo el manto celeste

Y un tumulto de estrellas palpitantes.

Llora el cielo, sus ángeles, la luna.

Por aquellos que dejaron de amar,

Por las emociones fortuitas,

Por las pasiones esporádicas.

Llora el cielo y las almas bajo el,

Con sus desconsuelos y desamores,

con el amor y las caricias arrinconadas

En el templo oscuro del olvido.

Aquella niña sollozando,

Aquel hombre desconsolado,

Aquella mujer con más orgullo que amor.

Y las sombras del pasado y presente

Donde se respira compañía y se huele soledad

El cielo de abre en un torrente de lagrimas

Que humedecen la noche.



Hoy el mundo llora, por amor.

Quizás

"Hoy es un tal vez y mañana un que sera el tiempo se mide por lo que creamos."'


Que más incierto que la vida

Si hoy estamos aquí y mañana allá.

Usted que de a distancia comparte lo suyo

Más que sonrisa, su orgullo.

Usted, que quizás, le despierta el alba

En un beso regalado al viento…

Sin rumbo, sin destino, sin sendero.

Ese que llega navegando cual brisa mañanera

Surcando océanos y llegando a este país.

Usted que observa la luna dese la ventana

Y le calla el silencio a la noche,

El celo de las estrellas tiritantes

Y la oscuridad del manto celeste.

Allá en esa luna es donde observo su mirada

Cual espejo noctambulo y nostálgico,

Sus ojos son la luz en la oscuridad.

Usted que quizás perfuma la esencia,

Fresca de primaveras y olor de piel.

Que refresca los días y las noches

Desde su morada hasta mi cuartel.



¿Como se lo digo?

"No hay perfección,solo aceptación" .



¿Qué le digo? ¿Cómo se lo digo?

No puedo convidarle lunas y estrellas,

campos de lirios celestiales

o inmolarme en honor a usted

pues la divinidad se me escapó en el nacimiento.

Solo soy un hombre.

Atestado de pequeños pecados

y una caricia retenida en cada dedo,

atiborrado de culpas, propias y ajenas,

y el amor adherido al corazón.

¿Qué le digo? ¿Cómo se lo digo?

La genuflexión a su paso sería lógica,

todo en usted es glorificable,

pero no poseo galantería

solo preservo ternura para usted.

Puede olvidarse del príncipe encantado,

no poseo esa destreza, esa nobleza.

Estremecer lo más profundo de su esencia,

encender la pasión desde lo más profundo de su cuerpo,

y extenderle la fe hacia la vida,

de un solo beso,

es el único tesoro que poseo.

Demente

“Sin sentido, con cordura,

demencia con lógica y razón… como la vida”



Cae sobre la tierra

Cual hojas secas en pleno otoño

Balanceándose como la nieve

En su blancura invernal.

Del alto azulado,

De la costa cristal,

De lo soñado y lo vivido,

De amaneces y su despertar.

Amor, tú como la lluvia

Descendiendo de lo alto

Con tu magia de espiral

En pleno vuelo insensato.

Y esta vida de calor infernal

Sin pudor secando cada rastro.

Y yo, valiente,

Humedeciendo lo que queda

Aunque padezca locura terrenal.

Demente, he de ser demente.

Sin rumbo fijo,

Bajo esta lluvia celestial.



Demente, como somos todos.

Demente por querer amar.

Solo soy

Soy la presencia del olvido.

El resultado nefasto de la vida.

Más poeta que humano

Y más humano cada día.

Ante la alborada danzante

Se duermen mis deseos

De amor, de nostalgia

De absoluta soledad.

Sobre las veredas enverdecidas

La sombra del bohemio

Y el renacer del vagabundo.

Soy la veneración de lo prohibido;

Del amor en carne propia.

La encarnación de la palabra

El verbo y la prosa.

Soy menos humano que tus ojos

Soy solo el resultado…

De tu voz, de tu piel, de tu todo.