Me siento como en el aire, flotando en una nube sin saber siquiera donde estoy. Una brisa acaricia mi cuerpo y contemplando el sol frente a mí regrese a mi cuerpo. Callado e inmóvil recorro mi vida paso a paso, lento. Con los ojos cerrados y proyectando en mi mente cada detalle de mi infancia. Vi mis juguetes y la sonrisa imborrable que lucia mi rostro en aquellos tiempos, la dulce voz de mi madre arrullándome tratando de hacerme descansar. Vi a mi padre cargándome en sus hombros y mostrándome como se utiliza un bate de Baseball. Derrame lagrimas del corazón pero no en mis ojos. Recordé a mi hermano peleando por utilizar mi juguete, una mordida y luego un abrazo y una disculpa. Mi hermana luciendo sus atuendos de reina de belleza infantil y soñando cada minuto con su futura fama. Corriendo en el césped y dejándome llevar por un instinto de felicidad que nunca he comprendido. Derrame lagrimas del corazón pero no en mis ojos. Viaje a otros tiempos llegué a una adolescencia donde las sonrisas ya no eran de inocencia sino de maldad, rebeldía y desconsideración. Vi maldades creadas por una insaciable sed de maldad. Vi lagrimas en los ojos de mi madre y la tristeza que nunca pensé ver en el rostro de mi padre. Vi noches de angustia y desvelo, el descontrol de mis acciones. Vi a mi hermano pelear contra el mundo por respeto y a mi hermana cambiar de niña a mujer y yo siendo el mismo irresponsable que provocaba lágrimas en los ojos de mis progenitores. . Derrame lagrimas del corazón pero no en mis ojos. Acudí a mis tiempos más recientes donde las sonrisas solo nacen al azar. Ya casi no hay razón para ser feliz, convertí mi vida en una simple y monótona rutina pero a mis padres ya los pude complacer. Estoy atrapado entre mis desamores y las ganas de vivir un amor real. Estoy en un calabozo lleno de ideas y sueños pero aun no encuentro la llave para poder escapar.
Sigo aquí… Con los ojos cerrados, tirado en el suelo y viajando por mi mente. Tratando de controlar el desenfrenado llanto de mi corazón y cuando ya no soportaba mas… Una luz, una ventana de paz en mi interior, una pequeña porción de esperanza que aumento en un instante.
Y abrí los ojos. Ya no hay llanto en el corazón pero recogí una lágrima en mis ojos.
Volví a nacer, volví a sonreír.
Ahora encontré un nuevo Amor. Mi Dios.
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